Relatos

Un poco de coraje

Relato

Temía ir a la escuela. Por las mañanas se hacía el remolón y se quejaba de tener fiebre en un intento de engañar a la madre y evitar el martirio. El aspecto esmirriado que le caracterizaba era la causa del ridículo al que le sometían algunos compañeros. Las burlas, la exclusión y el maltrato fueron un suceso constante. Ningún maestro se dio cuenta. El empeño del chico en disimular el acoso tampoco ayudó a que lo descubrieran.

Toda la clase consentía la humillación, unos participando, otros callando, y los demás apartando la vista; estos últimos haciéndose cómplices en el silencio o en la mirada esquiva. Hasta que un día una niña conmovida decidió cogerlo de la mano. Él, por primera vez, se sintió valioso, y una sonrisa inmensa asomó a sus labios. Luego posó un beso en su mejilla en señal de gratitud y le dio un abrazo.

Ella caminó a su lado con el coraje reflejado en los ojos, orgullosa de su nuevo amigo, advirtiendo en su actitud que no permitiría aquel hostigamiento. Entonces los ciegos vieron y los mudos hablaron: «¡Basta ya!».

Pilar González.

32 comentarios en “Un poco de coraje

  1. Pocas palabras, pero suficientes. Con el coraje a veces sucede lo mismo, un poco es suficiente.
    Lástima que escasee en nuestra sociedad.

    Un abrazo

  2. Hola, Pilar. Creo que, por naturaleza, los niños no son así, sino que es una conducta aprendida. Hay que alentar a los niños a ser más empáticos y menos crueles y la mejor manera de enseñárselo es verlo en sus modelos, sus padres.
    Muy bonito y esperanzador micro.
    ¡Suerte en el Tintero!

  3. Un texto precioso, Pilar, en el que con muy pocas palabras escribes una gran lección para todos. Me llena de ternura y también de orgullo la actitud de tu pequeña heroína. Ojalá hubiera muchas como ella y los efectos de su acción de hicieran contagiosos.

    ¡Un abrazo y mucha suerte en el concurso!

  4. Qué triste que pasen estas cosas y el sufrimiento que provocan, afortunadamente este niño encontró a esa chiquilla valiente, que fue capaz de decir basta y estar a su lado. Es tan importante encontrar quien nos valore.
    Tierno tu relato, suerte en el concurso.
    Saludos

  5. Un relato que habla de una realidad vieja, la crueldad ejercida por niños. Por suerte siempre existe la bondad del que da la mano y ayuda a afrontarlo. Al menos ahora ya se empieza a cuestionar y censurar ese comportamiento, demasiado tiempo considerado «cosas de niños».
    Bien traído el tema, Pilar. Con sensibilidad y coraje.
    Suerte en el concurso. Un saludo

  6. Hola, Pilar. Corto pero contundente alegato contra la injusticia del acoso al diferente, o simplemente al otro. Impactante su frase final: «Entonces los ciegos vieron y los mudos hablaron: «¡Basta ya!»». Enhorabuena.
    Te deseo mucha suerte en el «Tintero».
    Un abrazo.

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