La vi en la mesa de al lado y me pareció un ángel sin alas, una diosa griega iluminada por la luz ámbar de los rayos de sol que entraban por la ventana y se posaban sobre ella. El pelo rizado adornaba su cabeza otorgándole un aire salvaje, prometiendo sueños de espuma y olor a hierba buena, a canela y a azahar; anunciaba el éxtasis de un furtivo roce. Su cuello quedaba al descubierto insinuándose como tierno manjar o néctar sagrado, e invitaba a acariciarlo, a lamerlo, a adorarlo. Mantenía la mirada baja y sostenía un libro en sus delgadas manos; absorta con la lectura no reparaba en mí. No la conocía de nada pero presentía que siempre me había acompañado, que tal vez en otras vidas mantuvimos una relación profunda.
Me imaginé enredándome y perdiéndome en ese cuerpo voluptuoso, deslizándome por una piel que fantaseaba cálida, dejándome querer por alguien que me atraía como jamás me atrajo nadie. Me debatía entre el deseo de acercarme y el temor a su rechazo, entre las ganas de abrazarla y la vergüenza de mostrar mis apetencias porque la timidez fue un rasgo típico de mi personalidad en aquel tiempo, que asomaba en los momentos más inoportunos. Me temblaban las piernas. Mi corazón latía desbocado. La inquietud de que se fuera y no ocurriese lo concebido por mi alma me agitaba al igual que tormentas tropicales o hambrientos tiburones. Sutiles ondas eléctricas recorrían mis costados, y mi abdomen, y mi pecho, y mi garganta.
Me aproximé a la barra y pedí otro café con la esperanza de que mi movimiento estratégico permitiera que ella alzara su vista y mis ojos tocaran los suyos, y en su ser se despertaran los mismos sentimientos. No fue así. Minutos después se levantó y pagó la cuenta. Maldije a Cupido por clavarme de ese modo sus certeras flechas.
La vi alejarse y traspasar la puerta mientras yo permanecía paralizada, muda, impotente, lamentado su indiferencia y mi falta de valentía.
37 comentarios en “LAS FLECHAS DE CUPIDO”
Relato romántico impregnado de sutil sensualidad narrado con una prosa incisiva y elegante, cargada de envolvente voluptuosidad.
Suerte en El Tintero de Oro.
Te invito a conocer mi blog de reciente creación: castroargul3.blogspot.com.es
Saludos cordiales, Pilar.
Gracias, Francisco, por visitar mi blog y comentar el relato dejando palabras tan bonitas. Miraré tu blog. Un abrazo.
Un cupido juguetón haciendo de las suyas entre desconocidos. Un relato precioso, Pilar. Un abrazo.
Me alegro de que te haya gustado, Bea. Gracias por comentar. Un abrazo.
Hola Pilar, ¿cómo estás?
Una aportación sensual y platónica. Eso es lo que tiene cupido, que nos hace sublimar el amor a primera vista, sea ella, o él, o ella y ella o él y él, que en su carcaj hay todo tipo de flechas, ¡por fortuna!
En principio pensé en un narrador adolescente, tímido y enamorado, con cierta sensibilidad estética, y como a todos, hasta la última línea no adiviné el deseo Sáfico.
Suerte el el tintero Pilar, hasta pronto.
Hola Isabel, gracias por visitar mi blog y dejar tu comentario. Como ya he dicho antes esa era mi intención, no dar pistas hasta el final de que la enamorada era una chica. Un abrazo.
Amor lésbico no correspondido, al principio parece lo que no es, todos lo imaginamos a él prendado de ella, pero no es él sino ella. Buen giro final Pilar. Te deseo mucha suerte en el Tintero.
Hola, Jorge, gracias por visitar mi blog y dejar tu comentario. Esa era mi pretensión, que todo el mundo imaginase que se trataba de un chico, por ello no he dado pistas del género hasta el final. Un abrazo.
Lo malo no es que Cupido sea certero, sino que no dispare siempre dos flechas hermanas, una para cada protagonista de lo que podría haber sido una maravillosa relación…
Me gusta mucho el lenguaje que has usado, Pilar, transmite muy bien el arrobo que siente la protagonista por la chica que lee. También me ha gustado, aunque parezca extraño, que no termine bien. Eso le confiere a la historia visos de realidad y nos permite a muchos identificarnos con esa timidez, con esa falta de correspondencia, con el rechazo imaginado de quien ni siquiera nos conoce… Muy bueno, me ha gustado mucho 🙂
¡Un abrazo y mucha suerte en el Tintero!
Sí, Julia, a todos nos ha pasado alguna vez. Cupido es juguetón y muchas veces dispara sus flechas sin ton ni son. Gracias por tus palabras. Un abrazo.
Hola Pilar, fíjate que por un momento pensé que Cupido era una mujer, que era esa mujer hasta el final he seguido imaginándomela así: Lo que hace la prosa poética, te hace volar sin alas y quitarle las alas a quién verdaderamente las tiene. Un abrazo
Gracias, Emerencia por visitar mi blog y comentar. Me alegra de que este relato te haya hecho volar. Un abrazo también para ti.
sensual y poético Muy bueno
Ana María Caillet Bois
Gracias Ana, por comentar. Un abrazo.
sensual y poético, muy bieno
Hola Pilar
Algo que de alguna forma nos ha pasado a todos.
Bien planteado y expresado. Me gusta
Un abrazo y suerte en el concurso.
Me alegro de que te guste, Paola. Gracias por visitar mi blog y comentar. Un abrazo.
A mí, que soy optimista, me gusta pensar que otro día se volverán a encontrar, no todo se consigue a la primera…
Un abrazo, Pilar
¿Quién sabe, Ana? Tal vez se encuentren. El lector siempre tiene la última palabra. Gracias por tus palabras. Un abrazo.
Que bien expresas esas situaciones en las que por no actuar a tiempo ves como se aleja la persona con la que desearías estar para transmitirle tus deseos. Aquí cupido estuvo lento , falta de reflejos o de flechas.
Un abrazo Pilar y suerte en el concurso El T. de Oro.
Gracias por tus palabras, Puri. En verdad Cupido a veces lanza sus flechas a una sola persona, como en el caso de este relato. Un abrazo tamibén para ti.
Amiga Pilar, bello texto el que compartes con nosotros, muy bello. Destacaría dos cosas de él: La exquisita prosa, plena de sensibilidad e incluso sensualidad (como ha aportado algún compañero) que hace que nos apene que llegue el final tan pronto. La segunda, la obstinación de Cupido al no querer usar gafas, ya tiene una edad y no puede permitirse fallar tan a menudo…
Te deseo mucha suerte en el «Tintero».
Un abrazo.
Hola Patxi, me alegran tus palabras y que el relato te guste. Me parece divertida la observación que haces de Cupido. Gracias por tus deseos y por dejar tu comentario en mi blog. Otro abrazo para ti.
Gracias, Pilar, por participar con este relato en El Tintero de Oro. Un abrazo y suerte!
Hola Pilar, un relato cargado de sensualidad, muy bien descritas las sensaciones. Ay Cupido, no es consciente de lo que hace a veces.. Un abrazo Pilar.
Gracias Miry, por visitar mi blog y dejar tu comentario. Otro abrazo para ti.
Un relato que irradia sensualidad. Esta vez no ha acertado cupido y la indiferencia ganó la apuesta. Suerte en el tintero. Un abrazo Pilar.
Gracias Mamen, por visitar mi blog y comentar. Un abrazo también para ti.
Gracias a ti, David, por tus deseos. Un abrazo.
Cupido lanza muchas veces las flechas sin tener en cuenta que si la timidez es un rasgo típico de la personalidad se produce un bloqueo en quien las recibe.
Una experiencia maravillosa la que le ha sucedido a la protagonista de este relato. Llegar a sentir así es, de alguna manera, un premio, sentirse vivo. Y un aprendizaje también, el tener que vivir ahora con el qué habría sido si hubiera tenido el coraje suficiente para expresar todo aquello que le inspiraba… En fin, la vida misma.
Un beso, Pilar y felicidades por tu maravilloso escrito. Los dos primeros párrafos son todo un océano de sensualidad.
Gracias, Chelo, por tus palabras. Me alegro de que te haya gustado. Un abrazo.
Hola, Pilar:
Muestras a la perfección ese deseo de abordar a alguien que nos atrae y el miedo a ser rechazado por él. Me ha gustado y me he sentido identificado con la hamletiana protagonista.
Suerte en el Tintero, amiga
Gracias, Juan Carlos, por visitar mi blog y comentar. Un saludo.
Ay Cupido, siempre tan certero y a veces tan despistado. Muy bien relatadas las sensaciones, Pilar.
Suerte en el concurso. Un saludo
Gracias por tu comentario, Carmen. Un saludo también para ti.
Ay, esas flechas traidoras… Bonito y romántico a rabiar.
Me alegro de que te guste, Marta. Gracias por comentar.