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EMOCIONES ENCONTRADAS

emociones

Cuando termino de escribir una novela siempre me asaltan distintas emociones que se entremezclan y se confunden. Por un lado siento alegría y satisfacción. ¡He creado algo! He concebido una historia que no existía, unos personajes que han cobrado vida. Surgen de la nada, de un lugar ilusorio, imposible de encontrar en ningún mapa, donde las brújulas no funcionan y los caminos están por descubrir, donde el sol no es amarillo y la luna no es redonda, donde los campos son rojos y los cielos verdes.

Por otro lado me queda una sensación de duelo, de pérdida, igual que ante cualquier despedida, quizás más leve, pero tangible. Termina la fase de compartir con ellos charlas y experiencias, de dejarme empapar por sus historias, sus inquietudes, deseos y conflictos. Se acaba el espejismo de sentirme otra, de conocer diferentes Pilares que habitan conmigo, de percibir dimensiones no sospechadas dentro de mí.

La vuelta a la realidad se hace difícil y continúo durante algunos días como fuera del tiempo, en esos espacios extraordinarios, recordando experiencias que no son mías, sino de ellos, de los protagonistas que ahora anidan en las hojas anteriormente blancas y que poco a poco se llenaron de palabras: de verbos, de sustantivos, de adjetivos… Sí, hojas que se poblaron de personas, de ciudades, de sucesos, de realidades y leyendas.

novela de misterio

Luego llega la ilusión de verla publicada, de darla a conocer, de presentarla al mundo, y la impaciencia; la espera se hace eterna mientras efectúo el proceso de diseño y maquetación; aún tardará unos meses en ver la luz. Como ya muchos sabéis  mi próxima novela se llama El espejo egipcio, y en el siguiente enlace podéis conocer algunos detalles del contenido: https://pilargonzalezescritora.com/sinopsis-de-el-espejo-egipcio

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